¡Conquista el corazón del Nevado Ausangate, donde las leyendas de los ancestros andinos cobran vida en cada rincón, y los glaciares cuentan historias de poder y sabiduría! Tu travesía te llevará a través de valles ocultos y lagunas de ensueño, despertando el espíritu aventurero que llevas dentro.
Desde que puse un pie en Cusco, supe que mi viaje al corazón del Ausangate no sería cualquier aventura. No solo se trataba de caminar; era un llamado profundo, una conexión con la tierra. Al salir del bullicio de la ciudad y adentrarme en los caminos que serpentean hacia la montaña sagrada, sentí cómo el aire se volvía más puro, más claro, como si me estuviera preparando para algo más grande que yo mismo.
Los primeros días me llevaron por senderos antiguos, pasando por aldeas andinas que parecían estar congeladas en el tiempo. Los habitantes, con sus ropas coloridas y sus sonrisas sinceras, me recordaban que estaba en un lugar donde las tradiciones aún palpitan con vida. Las historias que compartían eran tan cristalinas como las lagunas que se desplegaban a lo largo del camino: de un azul tan profundo que parecía imposible no detenerse a contemplarlas.
A medida que la altitud aumentaba, también lo hacía mi asombro. Las aguas termales fueron un regalo inesperado, un refugio cálido que abrazaba los músculos cansados. El vapor que ascendía al aire frío me hizo sentir como si estuviera en un sueño, inmerso en un lugar donde el tiempo no tiene prisa. Pero era el glaciar, imponente y majestuoso, el que me esperaba. Cuando finalmente llegué a las estribaciones del Ausangate, su presencia me dejó sin palabras. Todo lo que había imaginado palidecía ante la realidad de esa montaña inmensa, que se erguía como una guardiana de siglos.
Cada paso fue una lección, cada mirada un descubrimiento. Y mientras descendía, comprendí que no solo había recorrido un camino; había vivido una transformación, un viaje que me recordó que las montañas, con sus silencios y misterios, siempre tienen algo que enseñarnos.
Cusco | Ocongate - Upis - Laguna Huayna Ausangate
La aventura comenzó en Upis, donde conocí a mi equipo tras un desayuno que marcaba el inicio del viaje. Con el Ausangate siempre imponente al frente, recorrimos llanuras que parecían infinitas. La recompensa llegó pronto: los baños termales, un descanso perfecto antes de continuar.
Por la tarde, caminamos hasta la laguna Huayna Ausangate, donde acampamos junto a los glaciares. Tras una cena bajo las estrellas, el silencio de la montaña nos envolvió, anunciando todo lo que aún quedaba por vivir.
Upis | Abra Arapa - Yanacocha - Hatun Pucacocha
El segundo día comienza con el sol pintando las montañas y un desayuno revitalizante. La caminata nos lleva por un valle encantador hacia el Abra Arapa, donde las vistas son espectaculares y, con suerte, un cóndor cruzará el cielo. Al descender, las lagunas Yanacocha y Pucacocha nos regalan paisajes impresionantes.
Después de un merecido almuerzo en el campamento, dedicamos la tarde a explorar la zona, descubriendo la vida silvestre que rodea las aguas. Siempre bajo la mirada atenta del Ausangate, cerramos el día con una cena reconfortante antes de descansar.
Hatun Pucacocha | Ausangate Cocha - Abra Palomani - Huchuy Phinaya - Sorapata
Después de un energético desayuno, nos dirigimos al Abra Ausangate, donde las vistas te dejarán sin aliento. Luego, la ruta nos llevará a la laguna Ausangate Cocha, un lugar perfecto para disfrutar de un almuerzo rodeado de montañas majestuosas.
La tarde continúa con una caminata hacia el Abra Palomani, y descendemos hasta la pequeña comunidad de Huchuy Phinaya. Allí, las tradiciones andinas cobran vida, ofreciendo una conexión íntima con la cultura local. Finalmente, alcanzamos nuestro campamento en Sorapata para descansar bajo las estrellas.
Sorapata | Abra Jampa – Pacchanta
La mañana nos recibe con un camino entre paisajes vibrantes que parecen sacados de una pintura. A medida que avanzamos, las Siete Lagunas, con sus aguas cristalinas, nos regalan un espectáculo de belleza serena, ideal para capturar en fotografías. Durante el recorrido, serás parte de una ceremonia andina, un momento de conexión espiritual con estas tierras sagradas.
Tras un delicioso almuerzo, la tarde está reservada para el descanso. Los baños termales medicinales, rodeados de naturaleza, serán el refugio perfecto para relajar el cuerpo. El día culmina con una cena bajo las estrellas, mientras el espíritu del Ausangate nos sigue acompañando.
Pacchanta | Tinke – Cusco
El último día comienza con la opción de disfrutar de un merecido descanso en los baños termales medicinales, permitiendo que el cuerpo se recupere antes de la despedida. Luego, nos dirigimos hacia una comunidad local, donde compartiremos un momento enriquecedor con una familia, aprendiendo sobre tradiciones antiguas que aún perduran. Después de un almuerzo lleno de sabores locales, es hora de decir adiós a nuestro equipo de caminata, quienes hicieron de esta experiencia algo inolvidable.
Por la tarde, nuestro transporte privado nos lleva de regreso a Cusco. Mientras el paisaje andino se despliega ante nuestros ojos por última vez, cada montaña y valle se queda grabado en el corazón.
Considerado un Apu sagrado por las comunidades andinas, es un símbolo de espiritualidad y tradición, donde se rinde homenaje a Pachamama. Con sus coloridas montañas y espectaculares paisajes, ofrece una conexión profunda entre la naturaleza y la cultura ancestral que perdura en el tiempo.
Nos ocupamos de todos los detalles del viaje y creamos un equipo divertido, asegurándonos de que cada aspecto esencial esté cubierto para que tu experiencia sea extraordinaria.
Aclimatarte es esencial. Tómate al menos un par de días en Cusco o en el Valle Sagrado para acostumbrarte a la altitud y evitar el mal de altura.
Mantente bien hidratado bebiendo suficiente agua. Lleva snacks energéticos como frutos secos y barras de granola para reponer energía durante el trekking.
Organicemos juntos la experiencia más memorable de tu vida